Yavi
Sobre la ruta tradicional al Alto Perú, en 1647 instala su residencia allí el encomendero Pablo Bernardez de Ovando. En 1690 termina la construcción de una magnificente iglesia, consagrada a San Francisco, que podemos hoy admirar prácticamente tal cual era entonces. Sus líneas arquitectónicas son de gran sencillez y belleza. El pulpito, los altares y los retablos son realzados por una cubierta de oro a la hoja. Cuadros y notables esculturas en madera fueron traídas desde Cuzco, y según una antigua descripción tiene asimismo once ventanas, diez de ellas de más de dos varas en alto y una de ancho que, en lugar de vidrieras, las ocupan las piezas de jaspe de cuatro dedos de grueso, transparentes como el cristal, traídas a mucha costa de más de 200 leguas, que dan claridad admirable a toda la iglesia. En 1708, un sucesor obtiene de la corona española el titulo de Marqués de Tojo y Yavi. Los aposentos familiares, hoy llamados la Casa del Marqués pueden ser visitados.
Yavi conoció el paso de los ejércitos, los combates, durante la guerra de la Independencia y posteriormente durante la guerra contra la confederación Peruana-Boliviana, fue ocupada por Felipe Varela (1867) y en 1873 fue epicentro de un levantamiento de la población autóctona por la recuperación de las tierras.
Con la llegada del ferrocarril a la frontera en 1907, y el surgimiento de La Quiaca, entró en el letargo actual.