Embalse de Río Hondo
Esta obra hidráulica trascendental para la provincia fue puesta en funcionamiento el 1 de enero de 1968, sobre el curso del río Dulce. Asegura el regadío para una vasta superficie de tierras sumamente áridas, al mismo tiempo que atenúa las crecientes del río, regula el régimen de su caudal, provee agua destinada al consumo y genera energía que abastece a las ciudades de Termas de Río Hondo , Santiago del Estero y San Miguel de Tucumán. Se ha transformado en un punto de atracción turística, ya que la rica fauna ictícola que puebla el lago artificial (dorados, pacúes, surubíes y tarariras) invita a la pesca deportiva. Además pueden practicarse deportes náuticos y navegación, contando con varios clubes y embarcaderos. El lago posee una superficie que supera las 30.000 hectáreas, alimentado por las aguas de los Ríos Marapa, Gastona, Seco y Salí.
En la antigua villa de Río Hondo, a unos 15 kilómetros de Termas de Río Hondo aproximadamente, se encuentran las denominadas huellas santas que según la tradición son las pisadas que dejo San Francisco Solano (muy venerado en todo Santiago del Estero) sobre una roca cuando visitó la
localidad en 1950. Allí, el santo vaticinó (según la tradición oral) la desaparición del caserío bajo las aguas, lo que se materializó con la construcción del dique aproximadamente cuatro siglos después.