Montañismo
El culto a los antiguos apus (montañas sagradas) continúa, aunque los ritos no son los mismos. Ahora, el objetivo es llegar a la cima, con o sin ofrendas, pero siempre con la veneración y respeto que genera el acercarse al cielo, a través de un camino irregular y en perpetuo ascenso.
El culto a los antiguos apus (montañas sagradas) continúa, aunque los ritos no son los mismos. Ahora, el objetivo es llegar a la cima, con o sin ofrendas, pero siempre con la veneración y respeto que genera el acercarse al cielo, a través de un camino irregular y en perpetuo ascenso. Los nuevos adoradores de las montañas, no tienen que obviar el desierto chileno, porque el salar de Atacama está rodeado de cimas nevadas, importantes eslabones en la cadena volcánica que separa Chile de Bolivia, las cuales ofrecen un panorama altamente gratificante a quienes llegan a coronar sus cumbres.
Algunas de las montañas favoritas son:
-Volcán Licancabur (5,916 m.s.n.m.), localizado a 30 kilómetros al este de San Pedro de Atacama. Alberga un hermoso lago y vestigios incas. Su ascenso no presenta dificultades técnicas, aunque requiere de un buen estado físico. De agosto a diciembre es la mejor temporada para ascenderlo.
-Volcán Lascar (5,154 m.s.n.m.), se encuentra en las cercanías del pueblo de Toconao -a 38 kilómetros de San Pedro de Atacama-. Es un volcán activo que muestra un gran cráter de 750 metros de diámetro y 300 metros de profundidad. Otro de sus atractivos es la laguna Mejía. Es de fácil acceso.
-Volcán Sairecabur (5,971 m.s.n.m.), es de fácil acceso. En San Pedro de Atacama, las empresas turísticas ofrecen un tour que incluye transporte hasta los pies del volcán, además de desayuno y oxígeno.
-El Cerro Toco (5,600 m.s.n.m.), está al frente del volcán Licancabur. Desde su cima se aprecian las montañas y volcanes de la cordillera de los Andes, además de la laguna Verde en Bolivia.
*Advertencia: Para emprender cualquiera de estas aventuras, se recomienda una aclimatación previa, pues el clima en esta zona es bastante adverso.