Faro
Constituye un símbolo emblemático del balneario. Está enclavado sobre una punta rocosa, el Cabo Santa María. Alrededor suyo, nace el balneario. Su construcción no fué fácil, tiene una triste historia.
Allá por el año 1860, el Uruguay intentaba caminar hacia su edad adulta, entre tumbos institucionales, acosado por levantamientos y motines, por malhumores de caudillos, asonadas de militares y gobiernos que rara vez terminaban ilesos sus períodos.
Toda su costa Atlántica configuraba una zona de arenas totalmente desérticas, algunos de cuyos puntos geográficos, los navegantes habían comenzado a identificar por sus formas rocosas o por la fauna que a veces encontraban : Castillos, Aguas Dulces, Isla de la Paloma, Isla de los Lobos, Isla de las Gaviotas, Punta del Este, Punta de la Ballenaz.
Casi no existían faros y quienes entraban al Río de la Plata luego de traspasar el océano, pagaban un altísimo costo de naufragios embistiendo a ciegas contra piedras desconocidas y bancos de arena de difícil localización.
El 19 de octubre de 1868 ocurre el naufragio del Lise Amelie, un paquebote francés que venía con centenares de inmigrantes al Río de la Plata, falleciendo todos los tripulantes y pasajeros.
Tanta trascendencia tuvo este trágico hecho que en 1869 se decide por ley la construcción de un faro en el Cabo Santa María, la punta más saliente del territorio luego de la cual, de acuerdo a delimitaciones caprichosas, comenzaba el Océano Atlántico.